14/10/07

Caballeros Templarios

He oído mucho hablar de los caballeros templarios pero la verdad no se de que se trata realmente, apenas tengo una vaga idea por alguna película o alguna mención en algún libro. Recientemente leí un artículo acerca de los 700 años transcurridos desde la captura de su Gran Maestre, Jacques de Molay, por orden del rey de Francia. No espero convertirme en un experto sobre la Orden del Temple, pero por lo menos sí saber de qué se trata.

La Orden del Temple se trataba de una orden religiosa militar fundada en Jerusalén en 1118 (luego de la Primera Cruzada contra el Islam ordenada por el Papa Urbano II) por nueve caballeros franceses liderados por Hugo de Payens. Originalmente el nombre de la orden era Orden de los Pobres Caballeros de Cristo pero tras su instalación en el antiguo templo de Salomón comenzaron a ser llamados Caballeros del Templo de Salomón derivando finalmente en Caballeros Templarios o Caballeros del Temple. Entre los nueve miembros fundadores, se encontraban Hugo de Payens, Godofredo de Saint-Aumar, Andrés de Montbard, Hugo Rigaud (Hugo de la Champagnat), Godofredo de Bisol, Payen de Montdidier, Arcimbaldo de Saint-Aimand, Gondemarro y Rolando.

El objetivo fundamental de los Pobres Caballeros de Cristo era mantener libres los caminos de peregrinación hacia Jerusalén, ciudad que había sido recuperada de manos musulmanes en el año 1099 (mismo año de fallecimiento del Papa Urbano II, impulsor de la Primera Cruzada cristiana contra los infieles) y proteger los santos lugares. En un comienzo, los caballeros vivían solo de limosnas y durante los primeros años (alrededor de nueve) no aceptaron nuevos adeptos, supuestamente porque se encontraban abocados a la búsqueda del Santo Grial o del Arca de la Alianza (según la leyenda, el Arca, con las Tablas de la Ley estarían en el lugar donde se levantaba el Templo de Salomón).

En el año 1127 el Primer Maestre de la Orden, Hugo de Payns, obtuvo la autorización del rey de Jerusalén, Balduino II (primo del fallecido Balduino I, primer rey del Reino de Jerusalén y quien había abierto las puertas de su palacio a los caballeros), para tramitar ante Roma la oficializacion de la Orden. Fue el propio Balduino II quien escribió la carta al Abad Bernardo de Clairvaux (San Bernardo de Claraval, canonizado por el Papa Alejandro III en 1174) quien los recibió con todos los honores, y quien era, curiosamente, pariente de dos de los templarios: Hugo de Payns y Andrés de Saint-Montbard. La delegación de templarios, encabezada por Hugo de Payns, fue recibida por el Papa Honorio II en Roma. En 1128 se celebró un concilio extraordinario (Concilio de Troyes) en el cual Bernardo de Clairvaux expuso los principios de la Orden, y en el cual quedó definitivamente oficializada la Orden del Temple como la militarización de la Iglesia y de las Cruzadas. El propio Bernardo de Clairvaux fue asignado responsable de redactar la regla única original de la Orden del Temple, un conjunto de leyes tanto militares como religiosas que los miembros de la Orden debían cumplir, basada en la de San Benito; entre dichas reglas, se destacan los votos de obediencia, castidad, austeridad y fundamentalmente el voto de conquista y preservación de tierra santa. Junto con la Orden se oficializó su hábito blanco (mismo que el de la Orden de los Cistercienses que había fundado Bernardo de Clairvaux) al cual más tarde el Papa Eugenio III le añadió una cruz de malta roja.

El entrenamiento templario consistía tanto de ejercicios físicos y con armas, como de actividades espirituales. Como agrupación militar, los miembros estaban escalonados en rangos: aspirantes, escuderos, caballeros, priores comendadores, maestres y gran maestres. La disciplina era feroz, y la menor falta era castigada duramente. Internamente a la Orden se manejaban códigos y símbolos que se mantenían secretos, para desesperación de reyes, feudales, obispos y enemigos.

En el año 1139 una bula papal los excluía de la jurisprudencia civil y eclesiástica, por lo que sólo debían rendir cuentas al Papa y nunca más a ningún rey u obispo, podían tener sus propios sacerdotes, podían obtener bienes económicos de diferentes partes y podían construir iglesias propias. De esta forma, la Orden de los Pobres Caballeros contaba con muchos beneficios que hacían que a pesar de su declarada austeridad muchos caballeros solicitaran el ingreso y sumaran continuamente más y más adeptos: sus propiedades estaban exentas de impuestos y no debían pagar los diezmos eclesiásticos. Con el tiempo fueron añadiendo a sus propiedades castillos que eran construidos tanto con el objetivo de ser usados como bases para sus campañas militares como capillas a las cuales los caballeros podían retirarse. Uno de estos castillos, bautizado como Templo Domini, fue construido en el Monte del Templo, donde muchos sostenían que Salomón había fundado su templo, y donde se escondía su supuesto tesoro. Este castillo fue considerado el centro de operaciones de la Orden y por esta razón modificaron su nombre a Orden del Temple (traducción al francés del nombre en latín) y sus miembros fueron conocidos como Caballeros del Temple o Caballeros Templarios.

Para 1170 el crecimiento de la Orden del Temple era desmesurado, tanto en miembros como en bienes económicos (cuando un nuevo miembro era aceptado, todos sus bienes pasaban a manos de la Orden, además de los beneficios otorgados por la Iglesia, llegando a ser la institución más rica de su época), y se había expandido por Francia, España, Alemania, Reino Unido y Portugal. En medio siglo, la Orden había pasado de ser un pequeño grupo de caballeros a una poderosa fuerza militar y económica, en la cual muchos de los acaudalados depositaban su confianza y sus propiedades. Contaban con mas de 9.000 encomiendas en toda Europa, mas de 30.000 caballeros, varios cientos de propiedades, incluidos castillos, una flota propia de barcos y habían fundado el primer banco internacional (lograron implementar un sistema según el cual los comerciantes podían depositar dinero en una encomienda y retirarlo en otra con un documento similar a una letra de cambio, pagando una comisión, y ademas realizaban préstamos incluso a reyes). Fue precisamente el poderío económico, militar y eclesiástico el que les hizo ir acumulando enemigos, principalmente dentro del propio ámbito secular. [nota: una encomienda es una especie de feudo autónomo]

A pesar de todo su poderío, no fueron capaces de enfrentarse a los árabes unificados bajo el mando de Saladín al punto de que en 1244 Jerusalén volvió a caer en manos musulmanas y los templarios se vieron obligados a retirarse a San Juan de Acre junto con las otras dos grandes órdenes: los Caballeros Hospitalarios y los Caballeros Teutónicos. En 1291 también cae San Juan de Acre con los últimos templarios que quedaban en Tierra Santa, mudando la Orden su cuartel general a la isla de Chipre tras haberla comprado. Cuando los caballeros lograron rearmarse y se disponían a volver a emprender una nueva cruzada para retomar Jerusalén notaron que la mentalidad europea había cambiado y a los monarcas ya no les interesaba la idea.

Para entonces, la Orden había acumulado una gran cantidad de enemigos, muchos de ellos arrastrados de medio siglo. Entre ellos, surgió la figura del rey de Francia Felipe IV El Hermoso quien en principio había depositado sus bienes en las manos de la Orden pero luego no solo quiso recuperarlos sino ambicionaba el resto de las riquezas, sumido en deudas enormes. Como forma de apoderarse de ellas, inició un proceso inquisitorio contra los templarios. Entre Felipe IV y su canciller Guillermo de Nogaret, trazaron los planes para hacer caer la orden en 1309, acudiendo al Papa Clemente V, quien inició el proceso por herejía contra los templarios y comenzó su persecución. Entre los cargos que se presentaron, se encuentran los siguientes:

  • Adoración a una figura bafomética: una figura de una cara animal, con barba y cuernos, que la Iglesia interpretaba como imagen del Diablo.

  • Sodomía: se decía que algunos rituales secretos de iniciación incluían practicas sodomitas.

  • Escupir y orinar en la cruz de Cristo

  • Adoración a la figura de un gato.

En 1307 140 templarios de Francia, entre ellos su Gran Maestre Jaques de Molay fueron capturados y encerrados. Independiente de la opinión del Papa, la Iglesia en general no veía con buenos ojos la persecución de los templarios y exigió que se les permitiera defenderse de las acusaciones. Aunque en principio las actuaciones llevaron a que el Papa los absolviese en 1308 y los acogiese nuevamente bajo el manto de la Iglesia, Felipe IV exigió que el enjuiciamiento sea mantenido, logrando que cinco años después el mismo Papa Clemente V disolviera la Orden del Temple tras el Concilio de Vienne de 1312. El proceso continuó siendo llevado por los domínicos, sus mayores enemigos; los templarios permanecieron encerrados, sufriendo de torturas bajo las cuales debieron aceptar las acusaciones que se les imponía y finalmente fueron condenados a cadena perpetua. En 1314, durante su encierro en el castillo de Chinon, Jaques de Molay y Godofredo de Charnay se arrepintieron de todas las acusaciones que habían sido obligados a aceptar bajo tortura y por ello fueron condenados a la hoguera. El 18 de marzo de 1314, mientras Jaques de Molay comenzaba a arder en la hoguera frente a la Catedral de Notre Damme lanzó una amenaza que muchos han considerado una maldición: todos quienes les habían enjuiciado y torturado se enfrentarían pronto al juicio final. Según cuenta la historia, Clemente V falleció un mes después de la ejecución (atragantado con un higo), Nogaret murió en mayo y Felipe IV en noviembre (por una caída de caballo mientras cazaba); otros participantes del proceso fueron ejecutados de diferentes maneras.

En otros países, la Orden también fue perseguida aunque con menor ferocidad, alcanzando en algunos de ellos, como España y Portugal poco más que un cambio de nombre (surgieron la Orden de Montessa y la Orden los Caballeros de Cristo, entre otras) o la repartición de sus bienes a otras órdenes (como la Orden de los Hospitalarios de San Juan) o directamente a la corona. Poco después de estas fechas Europa se sumergió en una época oscura, dominada por cruentas guerras, persecuciones religiosas y un casi total estancamiento cultural y económico. Lo cierto es que, hasta el día de hoy, el juicio contra los templarios, no está oficialmente terminado, y se espera que el próximo 25 de octubre de 2007 el Vaticano haga públicos los documentos sobre dicho juicio.

En la actualidad existen varios grupos que se autoproclaman sucesores de la Orden del Templo, pero ninguno de ellos es avalado por El Vaticano. Algunas de estos grupos tienen comportamientos mas sectarios, otras tienen fines altruistas e incluso algunos sostienen que la Orden del Temple es el precursor de la masonería.

Como toda historia, siempre existe un manto de misterio mas o menos creíble. Es característica humana agregar detalles a la historia, por lo que, al final, siempre hay algún misterio que resolver:

  • Realmente los Caballeros Templarios lograron encontrar el Santo Grial o las Tablas de la Ley? Algunas teorías sostienen que sí lo hicieron, y supieron mantenerlo en secreto, y que ese era su verdadero tesoro. Si es así, que paso con él? Cuando Felipe IV logró la condenación, no pudo encontrarlos en ninguno de los castillos que pertenecían a la orden.

  • Que pasó con la flota propia de la Orden? Existe constancia de que realmente existió, pero cuando comenzaron las persecuciones zarpó del puerto de La Rochelle y nunca se volvió a saber de ella. Una de las teorías es que pusieron rumbo a alta mar y navegaron hasta lo que ahora es América. Otra dice que costearon Inglaterra e Irlanda hasta Escocia, en donde se pusieron al servicio del rey Robert Bruce quien no estaba sujeto a la Iglesia; incluso se menciona que fueron determinantes en la victoria decisiva de Escocia sobre Inglaterra.

  • Realmente desapareció la Orden o solo paso a la clandestinidad? Es sabido que en algunos países la Orden cambió de nombre y entregó sus pertenencias, mientras que en otra los miembros se distribuyeron en otras Ordenes preexistentes o fundadas expresamente, pero todas ellas de menor porte. Sin embargo, algunas teorías sostienen que la Orden se mantuvo en gran medida y que, por ejemplo, financiaron el primer viaje de Cristóbal Colon, sabiendo que llegarían a tierras desconocidas para la mayoría pero no para ellos; las velas de las carabelas están adornadas con cruces de malta rojas.

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