30/12/07

Un viaje a La Paz

Sobre el viaje
Antes había realizado algún viaje mas o menos corto con mis padres (a Rivera, Cerro Largo, Minas), con algún club deportivo (a Buenos Aires cuando tenía 12 años) o con mi tío (estuve casi dos meses en Buenos Aires). Pero esta era la primera vez que me iba tan lejos, solo, y volando; y tan alto. Y es que son casi 2400 kilómetros de distancia, 4000 metros de altura sobre el nivel del mar, y un lugar donde tenía muy pocas referencias: apenas los comentarios de una amiga que estuvo seis meses antes y las noticias que relojeaba en internet (y la CNN). Sin embargo, no estuve para nada nervioso. Sí preocupado un poco al llegar y no poder contactarme con mis padres para avisar que estaba todo ok... pero eso lo cuento después.

Del aeropuerto de Carrasco, en Uruguay (el aeropuerto de Carrasco NO está en Montevideo, sino en Canelones, a 9 km de la capital del país) salió el avión en hora un domingo a las 11:00 y llegó sin problemas a Aeroparque; allí pude tomar un remise también sin incovenientes para trasladarme hacia Ezeiza, desde donde habría de salir el avión hacia Santa Cruz, para finalmente hacer la conexión a La Paz. Pero resultó que en Ezeiza el personal de tierra estaba desde hacía algunos días haciendo paros parciales sorpresivos, así que el vuelo estaba retrasado. Cuando estabamos todos prontos y acomodados en el avión, el capitán nos explicó que debido al paro, ibamos a estar unos minutos más a la espera. Fueron 45 minutos más. Fue interesante porque justo a mi lado había una pareja de suecos que casi no entendían nada de español y me preguntaron, en inglés, qué fue lo que había dicho el capitán. Y fue así como me convertí en su intérprete y casi guía hasta La Paz.

Al fin, con una hora de retraso, despegamos hacia Santa Cruz. Un vuelo de casi 4 horas muy aburrido, casi ni hubo turbulencia. Cuando llegamos al aeropuerto internacional Viru Viru de la ciudad de La Paz me causó gracia, por no decir otra cosa, el hecho de tener que salir del aeropuerto desde la sección de llegadas internacionales, caminar por afuera y volver a entrar a la sección de partidas domésticas (por lo menos fue un poco de aire puro); como si fueran dos aeropuertos diferentes. En dicho aeropuerto los suecos que antes mencioné casi terminan quien sabe donde, pues por su falta de entendimiento del idioma español (y algún despiste) enfilaron para el abordaje de un vuelo de TAM hacia Cochabamba... suerte que alguien hizo bien el control de seguridad.

Tuvimos nuevamente un retraso de una hora porque no llegaba la conexión hacia La Paz. Se suponía que yo llegase a las 21:00 a La Paz y ya eran las 22:00 y aún estaba en Santa Cruz. El vuelo hacia La Paz fue el primero que hice de noche. Fue bueno el despegue, ver la ciudad de Santa Cruz toda iluminada; pero no vi nada más. Al llegar a La Paz otro retraso, más breve pero retraso al fin, esta vez al bajar: estaba llegando Lula, el presidente de Brasil, y el aeropuerto estaba en acto protocolar.

Tras pasar el control, para mi sorpresa, me estaban esperando del hotel. Y fue así que tras 20 minutos en taxi, llegué a la comodidad del Hotel Copacabana de la ciudad de La Paz. Más de 2 horas tarde y sin poder avisar a mi casa que estaba todo bien.

Sobre la situación en La Paz

Porqué insisto sobre informar a mi casa que estaba todo ok? Además de que mis padres se ponen nerviosos igual cuando llego tarde a mi casa, porque la situación política y civil en Bolivia no es cómoda. Hay enfrentamientos fuerte entre el gobierno y la oposición, y luchas, algunas violentas por demás, entre grupos que apoyan a uno y otro sector político. Sin embargo, tengo que decir que en ningún momento vi nada fuera de lugar en los aeropuertos ni en la ciudad de La Paz (ni siquiera noté exceso de guardia civil o policía). Pero que los problemas graves existen es verdad, los podía ver en los diferentes canales de la televisión local, cada uno parcializado hacia uno u otro lado.

La ciudad de La Paz
Mis tres días en La Paz estuvieron limitados al barrio de El Prado. El Prado es algo así como un pozo dentro de la ciudad, porque está rodeado por montañas. Se encuentra a unos 3800 metros sobre el nivel del mar, y a unos 20 minutos por vía secundaria del aeropuerto internacional de El Alto (por autopista hay varios peajes). Cuando llegué al hotel, estaba cerrado con una reja y el portero dentro mirando por la ventana. Pensé que el tema de la seguridad era mayor, pero después vi que no. Al menos, no noté nada peor que Montevideo.

El Hotel Copacabana es de tres estrellas, con una atención bastante buena. Mi habitación daba al frente, a la calle 16 de Julio, la principal; la cama era un poco blanda por demás (prefiero los colchones duros) y tal vez fue eso lo que no me dejó dormir 8 horas seguidas. Lo malo del hotel es que no contaba con internet, ni wi-fi en las habitaciones ni tampoco con una sala aunque sea con dos computadoras.... Pregunté por un cibercafé en la zona pero me dijeron que a esa hora está todo cerrado. Me imaginaba como estaban mis padres en casa....

Al día siguiente salí con la notebook abajo del brazo a buscar el lugar donde debía dar el curso. Las calles están absolutamente mal nombradas y sobre todo mal numeradas. Tuve que preguntarle a varios guardias civiles la dirección (por la que pasé no menos de dos veces antes de dar con ella). Para cuando sucedió, ya llovía como en un diluvio. Tuve que comprar un paraguas (chino, como corresponde).

La gente de La Paz no es muy diferente a la de Montevideo. Bastante indiferente en la calle, agolpándose en las esquinas y pechándose en las veredas, debido a la cantidad de personas que hay y el poco espacio libre que dejan los puestos de venta ambulante, que abundan. Lamentablemente, lo que también abunda son los niños y las viejas pidiendo monedas en la calle. Los niños de dos y tres años bailando y cantando o simplemente pidiendo, y las viejas sentadas contra cualquier murito pidiendo con apenas voz. También hay muchos lustrabotas, algunos de ellos que no llegan a los diez años. La verdad, mucha pobreza. Hay muchos más, por lejos, puestos de venta ambulante que comercios establecidos de venta; cualquier rincón, o ni eso, es bueno para colocar una mesita y atiborrarla de cosas para la venta, desde menudeces como caramelos, hasta ropa y reproductores de dvd; y muchos puestos de venta de discos compactos (parecían originales, en su envoltorio de celofán).

Entre los comercios establecidos, me llamó la atención la cantidad de farmacias, casi a razón de una cada cuadra, al menos por la 16 de Julio, y cada dos cuadras en sus paralelas. Como a 15 cuadras del hotel había una especie de feria muy grande, la cual según me explicaron se arma todos los años por estas fechas, y venden de todo, desde adornos navideños y figuras religiosas, pasando por ropa, juguetes, electrodomésticos y bebidas, hasta diferentes comidas fritas o asadas allí mismo. Precisamente esto último hace que caminar por su interior soportando el olor a grasa quemada y frituras sea casi un suplicio, deseando encontrar la salida lo antes posible (y no es fácil).

Durante mis caminatas nocturnas incluida esta feria no noté exceso de policía, así que me quedaré con la duda de si el tema de la inseguridad en La Paz era solo un rumor o fue que yo llegué en una buena época.

Al igual que en la feria que mencioné en la que se cocinaban diferentes cosas, especialmente fritos y asados, quemando grasas, muchos de los boliches (de los que sí hay bastantes, aunque de no muy buen aspecto) también emanaban olores nauseabundos que hacían apurar el paso al pasar por la puerta. Ya me habían recomendado que enfilara derecho para algún Burguer King de los que hay en la vuelta, pero yo estaba dispuesto a probar algo distinto. Y fue así que el primer día terminé en un restaurant que parecía de mayor categoría; al menos la apariencia era impecable y la atención resultó muy buena. Café Ciudad se llama el lugar, y queda a 100 metros en diagonal del hotel Copacabana. Los precios son un poquito superiores al resto, pero comparados con Montevideo serían los de cualquier barsucho de menor categoría. Lo gracioso de la cosa es que sólo después de haber escogido una mesa y una silla y haberme sentado, noté que las paredes estaban cubiertas con cuadros con fotos antiguas de la ciudad de La Paz; justo yo me había acomodado debajo de un cuadro que ilustraba un carro fúnebre de 1958; no soy supersticioso, por eso me resultó gracioso (a modo de adelanto, el último día, la última cena en La Paz, la hice en exactamente el mismo lugar...). Ese primer día decidí cenar algo livianito para ver como asentaba en la altura; terminé engullendo un sándwiche caliente, una hamburguesa al pan con fritas y un balón de cerveza... durante la noche me despertaba cada 45 minutos, no se si por la cama o por la digestión... lo bueno fue que no me dormí en la mañana. El segundo día fue el más tranquilo, dí el curso y volví al hotel a descansar. Luego pregunté por alguna licorería en el hotel y en principio no supieron responderme (habrán pensado tal vez que les estaba preguntando por alguna casa de citas?) La verdad es que quería comprar algo para traer a mi casa (en ese entonces ni me acordé del free-shop ni de las aduanas). De todas maneras, no compré nada.

El tercer día volvió a ser divertido, porque tras culminar el curso, creo que dejando satisfechos a los asistentes, me propuse no dormir porque el avión salía muy temprano en la mañana (debía estar en el aeropuerto a las 06:00). Así que hice al revés: descansé el resto de la tarde y bajé a caminar a eso de las 21:00. Volví a recorrer la feria pero esta vez por la periferia (apenas entré a una parte que parecía estar destinada a la ropa, pero no había nada interesante). Fue así que volví a pasar por la licorería y compré lo que quería traer: un licor de coca. Volví a cenar al Café Ciudad, esta vez una hamburguesa de la casa (completa con pepinos y huevo) y otra cerveza.

Cuando estaba por salir para el aeropuerto, me asaltó una duda que me acompañó todo el viaje: que pasaría con la botella de licor, digo, respecto a los controles en los aeropuertos (tanto por el hecho de ser una botella de vidrio, con una bebida alcohólica, y a base de coca). Debería colocarla en la valija o llevarla en el bolso de mano? Me decidí por lo segudo, para en cualquier caso poder dejarla. Pasó todos los controles y en ningún lado ni siquiera me preguntaron qué era (todos asumieron que era del free-shop, supongo).

En el viaje de vuelta no hubo retrasos, salvo en el aeropuerto de Ezeiza, donde nuevamente estaba de paro el personal de rampa por lo que la descarga de equipajes se demoró casi 45 minutos. Allí sí comenzaba a preocuparme porque eran casi las 17:00 y a las 18:30 salía el avión de Aeroparque hacia Carrasco, y me habían advertido que el tráfico entre aeropuertos podría estar complicado; es más, esa misma mañana varias calles y autopistas habían estado cortadas por diferentes movilizaciones. De todas formas el remisero que me asignó la agencia se las arregló para llegar rápido y sin problemas (pasamos por el costado de una movilización de casi 4 cuadras de personas que no dejaban ni un hueco para un ratón).

El último vuelo fue muy rápido, creo que 30 minutos apenas y volví a Carrasco; solo me separaban 20 minutos de taxi hasta la comodidad de mi cama.

Y volví a la rutina...

2 comentarios:

Cram Snave dijo...

Hola, lei hace poco tu comentario sobre la visita que hiciste a La Paz - Bolivia, que es actualmente el lugar donde vivo.

Hubo cosas que me molestaron al leer y otras que realmente me divirtieron, de todas formas, no creo que sea necesario mencionarlas, pero si tengo un par de consejos para ti.

Primero antes de viajar a donde sea, utiliza el internet para contactar a una persona que viva en el lugar y ella podra darte un mejor entendimiento de como es la vida en el lugar a visitar, aunque no lo parezca, bolivia esta a mejor nivel de vida que muchos otros paises, en tecnologia mas que todo, ya que cuenta con lugares y acceso al internet para todos los gustos, pero si no sabes donde estan, como esperas encontrarlos, por eso es IMPORTANTE PREGUNTAR.

Segundo, muchas cosas que en el exterior se conocen como Dutty Free, tambien las hay en bolivia, pero con otro nombre, por ende cuando desees comprar o llevarte algo del pais, de nuevo.. PREGUNTA y que mejor lugar que las agencias de viaje para dicha pregunta, quien mejor que ellos para darte una mano con dudas respecto a lo que a un turista le inquieta, no te cobran nada y siempre estaran dispuestas a ayudarte en lo que neecesites.

Tercero... consigue un mapa antes de viajar o al llegar el lugar, solo asi podras ubicarte bien en nuestras calles, para tu informacion, no tenemos calles mal enumeradas, simplemente te confundiste, personalmente he comparado nuestras calles con mapas y hasta con Google Earth y Google Maps y todo concuerda sin error alguno.

Cuarto... En lo que a comida se refiere, no es bueno pecar por ingenuo y meterse a comer lo que sea o llegar a un pais y solo alimentarse de magras hamburguezas de sucursales de Burguer King o MacDonalds, si deseas probar lo autentico de cada pais, estoy as que seguro que ... valga la redundancia, las agencias de viaje podran recomendarte buenos lugares y libres de cosas que puedan hacerte daño, otro medio para saber que y donde comer algo sano y limpio es preguntar a otros turistas por sus experiencias.

Quinto y ultimo consejo, la seguridad en cualquier lado del mundo no te garantiza nada, debes estar siempre atento a quien te siga y por donde vayas, jamas lleves mas dinero del necesario al salir, ni tus documentos, de ser posible dejalos en la caa fuerte del hotel o deja el paquete con tus pertenencias importantes a los encargados del hotel, si vas a hacer uso de un ATM, hazlo en una zona publica y asegurate de que nadie te este observando, si alguien esta vigilando el lugar y te da mala espina, simplemente mueve a otro y mejor si hay policias o guardias cerca, en ultimo caso pidele a uno que vigile por ti, jamas aceptes ayuda de nadie, camina por lugares con personas de todo tipo, evita las calles oscura o alejadas de la gente.

Nunca entendi por que los turistas se arriesgan solos, esta bien que sean aventureros, pero muchos pecan por tontos, espero que no haya sido tu caso.

Un agrado haber leido tu historia y si alguna vez vuelves a La Paz o tienes la oportunidad de visitar aun mas lugares de mi bellopais Bolivia... mandame un mail y podre guiarte y mandarte consejos como estos para que tu viajes sea placentero y sin tantas dudas.

Un abrazo y espero verte pronto por aqui.

Un Amigo.

Cram Snave
snavewinter@gmail.com

Paler Cryptkeeper dijo...

Antes que nada, disculpas por la respuesta tardía, pero casi no tengo tiempo para nada últimamente.
No se que fue lo que te puede haber molestado de mi comentario, porque te puedo asegurar que todo lo que escribí es cierto.
La noche que llegué, muy tarde, pregunté si en el hotel tenían acceso a internet y me dijeron que no, y al preguntarles dónde podía acceder en ese momento, sin tener que esperar hasta la mañana, me dijeron que por ahí no había nada a esa hora... no fui yo, fueron los propios responsables del hotel que me dijeron que a esa hora no hay nada abierto. Por otro lado, en el lugar donde fui a trabajar tenían una conexión de 256K para todos, o sea, que en el caso promedio, no llegaban al nivel del acceso telefónico medio, de 48K...
Si lo que te molestó fue que mencionara la pobreza, deberías salir a caminar por la 16 de Julio a eso de las 9:00 (a la hora que yo iba hacia el trabajo) y ver como cada 25 metros hay un niño o una anciana pidiendo monedas... naturalmente que acá en Uruguay pasa lo mismo, al igual que en Argentina (donde estuve hace dos semanas) y supongo que los demás países. Es una realidad de esta América explotada y hundida. Lo mismo con los puestos de venta ambulante. En cuanto al transporte público, me pareció totalmente desorganizado, precario y descontrolado. Acá en Uruguay, si bien no es excelente debido a diversos factores, es más organizado: los buses se mantienen en buen estado, se recambian constantemente y cubren casi todos los destinos y horarios, los taxis tienen tarifas fijas basadas en la distancia y/o el tiempo, por lo que no depende del conductor ni del pasajero el precio del viaje (naturalmente, hay muchos conductores que si descubren que no conoces el camino, te harán tour por toda la ciudad para cobrarte más, pero esto lo puedes evitar pidiendo un taxi por teléfono en lugar de tomar el primero que veas ya que, aunque son los mismos coches y conductores, deben avisar dónde te recogen y cuál es tu destino); por otra parte, el transporte público es estrictamente controlado al punto que ahora en Montevideo al pagar se expide una boleta completa, y las empresas son controladas para que cumplan con sus líneas y horarios, no habiendo transporte público informal, ni camionetas que van cantando el recorrido por la ventana. De todas formas, es claro que es parte de la cultura de cada país o ciudad, y si allí están acostumbrados a eso, está perfecto para ustedes... a decir verdad, hasta trato de no tomar taxis en Buenos Aires...

Sobre la comida, no dije nada, sólo que el olor de las cosas asadas o fritadas en la calle me parecía repugnante, porque eran muchos en poco espacio. Pero en cuanto a la comida en sí misma, no soy de las personas que van probando sabores nuevos, y en cambio siempre voy por lo mismo: hamburguesas (pero no de McDonnalds o Burger King, sino de las caseras o de las de bares comunes), churrascos, milanesas o asados... nadie me adivirtió que el Pique Macho era tan grande y apenas pude comer menos de la mitad... El Café Ciudad, que quedaba cerda del hotel me encantó, muy buen ambiente, muy buena comida y muy buena atención... y precios muy económicos para mí. Y mira que siendo de Uruguay, salir del país es carísimo: por ejemplo, hace dos semanas estuve en Buenos Aires y gasté un promedio de 200 pesos uruguayos por comida, cuando en Uruguay por 100 pesos comes lo mismo... y así y todo, creo que la comida más cara que pagué en La Paz no llegó a 90 pesos uruguayos..

Sobre la nomenclatura y numeración de las calles, la verdad ya no me acuerdo cual fue el tema, pero sí me acuerdo que yo estaba en la esquina de la 16 de Julio y otra calle, en un número X, yo tenía que ir hacia el número Y (menor que X) pero los números decrecían hacia el lado opuesto donde al final estaba el edificio, y resulta que al otro lado de la 16 de Julio la calle tenía otro nombre pero la numeración estaba salteada... le tuve que prguntar a dos guardias civiles en la misma esquina, el primero no me supo responder, el segundo me señaló el edificio sólo cuando le dije el nombre del mismo.

Estamos de acuerdo que la seguridad en cualquier país es lo más delicado. Como anécdota, la última vez que estuve en Buenos Aires, eramos 10 personas de diferentes países y se cumplió el promedio: a uno lo asaltaron, cerca de su hotel y a la vuelta del mío... en Montevideo la seguridad también está complicada, con una sociedad que se está volviendo más violenta y resaltada por los medios informativos que dedican más de la mitad del programa o de las páginas a hablar de ello. De todas maneras, dije que fui a Bolivia con el tema de la seguridad en mente no por la seguridad ciudadana sino por el estado político del país y que pocos meses después estalló en todo el país. Cuando llegué al hotel, estaba con la reja cerrada y alguien mirando por la ventana lo que medio a pensar que podía ser grave la situación si un hotel tenía que estar cerrado de esa manera, pero después anduve caminando por la calle tarde en la noche y nunca vi nada especial. Aclaro que eso todo esto fue en noviembre de 2007, hace ya más de un año... recientemente estuvo otro amigo por allí pero no se si en el mismo lugar ni como le fue. También aclaro que no fui como turista, fue a trabajar así que pasé casi todo el día dentro de un edificio (salvo al mediodía)y sólo podía caminar de tardecita - noche.

Finalmente, aunque fue poco lo que conocí de Bolivia, me pareció muy agradable. El barrio en el que estuve (el Prado creo que era) no me pareció tan diferente de Montevideo, sólo con el tránsito un poco más desorganizado y el transporte público mucho más aún, pero esos particularidades de cada ciudad. Yo no vivo en Montevideo pero trabajo allí y ya me parece demasiada gente para mí, y esa misma impresión me llevé de La Paz. Por otro lado, siempre la gente me pareció muy amable y dispuesta, desde la gente del hotel, la policía, la agencia de viajes y los restaurants, aunque en la calle todos parecían muy apurados. Si te digo la verdad, en cuanto obtenga mi título en la universidad, y unos días libres en el trabajo, me gustaría hacerme un viaje de licencia nuevamente a La Paz, ya que tiene todo: lindas vistas aéreas, buenos paisajes y lugares para visitar (cosa que no puede hacer por falta de tiempo) y para nuestra economía es accesible (cosa que no pasa con otros países más cercanos como Argentina o Brasil). De todas formas, para esto falta mucho.

Saludos.